sábado, 11 de julio de 2015

Entre Maestros - La película - Una experiencia educativa sin precedentes

ENTRE MAESTROS

" EL ULTIMO PIROPO " cuento

"EL ULTIMO PIROPO"    Por: Víctor A. Ordòñez Giraldo

     Anastasio le decía tímidamente a su novia: "Te quiero, y a pesar de que tus padres te envíen lejos de aquí, te seguiré queriendo". Y se besaron tiernamente. Mientras ella se alejaba, Anastasio veìa cómo un obrero, que tiraba de una carreta, la miraba lujuriosamente; sintió deseos de enfrentarse a ese hombre, agarrarlo por el cuello fuertemente hasta asfixiarlo; pero esos impulsos se fueron extinguiendo cuando comenzó a observar al sujeto: un metro con ochenta de estatura, manos grandes y brazos fuertes. Anastasio no sabia bien lo que detenía su deseo de pelear; no sabia si era por cobardía o por ese racionalismo que le aplicaba a todo. En fin, las miradas y los piropos del individuo se alejaron con su dueño y la carreta.

     Anastasio se tranquilizó, aunque con melancolía seguía pensando en aquella joven bonita y dulce, de la cual se había enamorado sin que mediara limites de la razón. En las conversaciones con sus amigos aseguraba sentir por ella unas continuas sensaciones en su pecho que le hacían asumir las más disimiles actitudes.

     Durmió toda la noche pensando en ella, perro tan pronto amaneció se levanto animado, decidido a correr unos cuantos kilómetros; bien sabia que tener el tiempo ocupado en una actividad que requiriera de bastante esfuerzo físico, le alejaría de esos sentimientos taciturnos. Corrió aproximadamente ocho kilómetros. En su trayectoria pasó por el cementerio central; transitó por el barrio Cadillal; llego al único hospital de la ciudad; se metió por la circunvalar que lleva a Tulcan; ya estaba debajo del Puente del Humilladero, y siguió hasta el Banco de la República, a tiro de cauchera del Parque Caldas, a una cuadra de la iglesia San Agustín. Acelero el paso y ya estaba en la Biblioteca Rafael Maya, después de pasar por la Casa del Deporte. En los siguientes  veinte minutos había llegado a la carrera 17. El cansancio le relajó los sentidos y se sorprendió mirando la variedad de mercancías que se ofrecen en el barrio La Esmeralda. La respiración era agitada..., veìa sin mirar la confusión de artículos; asta que un tumulto de curiosos le robo la atención. Se acercó: unos miraban con morbosa curiosidad el espectáculo, otros comentaban: "¡Qué barbaridad!" Anastasio metió la cabeza por entre los cuerpos de los noveleros; sus ojos se dilataron de perplejidad al observar el obrero que el día anterior había piropeado y ojeado lujuriosamente a su novia. Tendido estaba en el suelo. Apuñalado. Con uno de esos puñales que evitan que la sangre se desperdicie, pero en cambio si le heló la existencia.

Víctor A. Ordoñez Giraldo (1987-2013) "Reconstrucción" Periódico Estudiantil, INEM Popayàn. Editores GAMAR